El tiempo habìa transcurrido plàcidamente y yo me levantè lentamente del còmodo sillòn en que me encontraba,- me mirè las manos y me di cuenta que sudaban- otra vez a caminar como hacìa desde mucho tiempo.
Al abrir la puerta que me hizo llegar a la rutina de mis adormecidos ojos, me di cuenta que esa actitud persistìa como una febril actividad aùn cuando unicamente veìa flàcidos movimientos .
La vista de aquel joven seguìa parsimoniosamente las ràpidas evoluciones de un insecto, la estùpida mirada revelaba una concentraciòn anormal en el caluroso dìa, de repente , como un chispazo me mirò y se diò cuenta que lo observaba-se sentìa incòmodo y no apartè la mirada de èl.
Luego se diò vuelta y se encaminò hacia una casita amarilla que tenìa en su frontis 2 pequeñas palmeras, abriò la puerta de metal y se introduciò en ella para luego no aparecer màs.
3 comentarios:
me dejas pesando. Intrigada me quedo.
Un beso
¿Tal vez una alegoría?.
Quiero avisarle al dueño del pié que está a punto de gritar ayyyy
un beso, me pase a verte
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