Un martes de sol y sudor.

Tomè el auto a prisa , el sol quemaba mis brazos , abrì las ventanas sentìa el viento entrando por mi pelo suelto , mirè mis labios en el espejo , querìa que lucieran llenos de brillo y hùmedos .

La distancia entre èl y yo se hizo eterna ,por fin estacionè afuera y toquè timidamente el timbre , a esas alturas ya presentìa lo que me esperaba .

Me abriò la secretaria ,mudo testigo de tantos encuentros a lo largo de los años , se fuè hacia otra oficina lejos de la suya , se acercò tomàndome con fuerza casi con desesperaciòn , dicièndome todo el rato que estaba ella y no podìamos hacer nada , eso hizo crecer en mì las ganas de abrazarlo por completo .

Prometièndole que estarìa calladita , me colocò sobre el gran escritorio y callaba mis suaves quejidos con torpes besos , hablaba de algun tema de trabajo ya que segun el afuera se escuchaba y que el silencio serìa causa de sospecha .

Pedìa respuestas acerca de algun tema a lo cual yo respondìa mientras iba increscendo aquel encuentro , las gotas de sudor aparecìan por sus sienes , besaba su pecho humedo sobre mì y mis manos llevaban y acompañaban su ritmo .

Un vaso de agua sobre aquel escritorio se encontraba peligrosamente allì , cuidando de no caer sobre una infinidad de papeles .

Abriò la ventana para hacer entrar algo de brisa y luego un sinfìn de besos a la despedida , sòlo su mirada clavada en mì hasta cerrar la puerta .

Al salir a la calle , no sè como explicarlo todo se ve diferente , mas bello , mas armònico todo se me hace mas fàcil es como si pusiera alas en mì para seguir soportando vivir sin êl.