
En la vorágine de sueños tortuosos , atravesando tus ojos de fuego,
Y oscuridad de caprichosos y oscuros rizos,
Vislumbrando el sutil desencanto del alma flagelada
De desencuentros, del efìmero sentir de tus labios humedecidos.
En pantanos llenos de parsimonia
Y despedidas intransables.
Cuanto amaba tu cruel rostro
Pervertidas palabras en la sangre amarga de memorias antiguas
En las lagrimas de la dulce decepciòn ,como tenue lluvia
Imprescindible en el estar, pasar de felicidades al abandono
Del espìritu cautivo preso del padecer triste
De la cruel mascara del amor.
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